Monday, August 17, 2009

YO NO SABÍA
Por: Libny Pineda G.©

Yo no sabía que había un Dios que desde
La eternidad espera,
Al alma intranquila que viaja por la vida
Con su carga de pecados y miserias.

Yo no sabía que la juventud con su cúmulo de
Ilusiones, y de ensueños;
Necesitaba de Cristo aprender Su ejemplo.

Yo no sabía que al pasar los años y de adultez
Cubrirse nuestro cuerpo,
Seriamos lo que atesoráramos adentro.

Negar a Cristo entrada a nuestro
espíritu nacido muerto,
Es condenarse en vida y estar por siempre lejos
De Quien nos ama tanto y por
Nuestro bien eterno, murió en la Cruz
Y soportó el tormento.

Es Jesucristo, el Hijo de Dios, Verbo encarnado,
Quien hoy te busca y llama
Para que arrepentido vengas,
Y sigas Sus pisadas mientras por este mundo
Andas;

Entrégale ahora tu alma adolorida,
Y deja que el bálsamo de Su amor te cure,
Y bebe de la Fuente que salta para vida.


RECIBI LA VIDA
Por: Libny Pineda G.

Quiero decir en una línea, o mejor, en seis versos,
Los sucesos de ayer, medio siglo si pienso,
Conmovida mi alma está, con estos recuerdos.

En la diáfana aurora del trópico envuelto,
Con sus tiernos y tibios nubarrones inmersos;
La penumbra nostálgica de inocencia sin precio,
Cuando apenas los sueños de un futuro incierto,
Ofrecían sus presagios altivos y vanos,
Dormitaba el alma en silencio.

Ignoraba en su vasta esfera que el tiempo seguía,
Los designios eternos, los milagros, los cambios,
Que Dios formaría.

Una tarde de Junio cuando solo yo estaba,
Sentí miedo del día de mañana;
Y salió de mi boca la primera plegaria que el
Auxilio divino invocaba.

Supliqué a Jesús, que mi vida tomase,
Y con Sus Manos gloriosas Su Imagen labrase;
Transformando mi mente y guiando mi paso,
Hasta el fin de la vida y mas allá del ocaso.

Medio siglo ha pasado y testigo he sido,
De incontables favores y perdones divinos,
¡Cómo Cristo ha quitado de mi alma la pena,
Y con Su Sangre bendita borró mi condena!